OJOS DE CICLISTA
Ella vive en Madrid, en una pequeña habitación en Majadahonda. Una mujer de edad indeterminada, madre de tres criaturas encantadoras. Una niña que quiere ser tan guapa como su mamá, y dos locos encantadores a los que les vuelven locos el deporte de los dos pedales.
Vino a España desde Colombia, le gusta la bachata, pero no la baila en el trabajo. Ellos, su familia, viven en Pamplona, alejados de ella, que a cada segundo les nombra y recuerda. El pasado fin de semana aprovechó, y se metió en la cama de su marido cuando él esperaba dormir solo, sin ella, sin su aliento, sin su cariño, sin sus habilidades de matriarcado... Marcando el terreno a sus cuatro, a los cuatro que quiere y desea, por los que lucha día a día, para tenerles más cerca, a su lado, en su regazo… Es la lucha de una mujer, que oculta detrás de una belleza de piropo mañanero, el sufrimiento de una madre y esposa que sufre por el corazón de los suyos. Pero, pronto lo vencerá. Porque la gente, las buenas gentes que luchan acaban consiguiendo sus sueños.
Entró cuando la amiga de Rosa abandonaba el barco. Emprendió Sus nuevos rumbos, ilusiones y casi seguro un nuevo hogar. Todo acabará como comenzó… No se puede ser buena, estar buena, saber buena, tener buena, comer buena… jajajajaja… ‘No importa que te alejes de mí, me extrañarás mañana’. ‘El amor no se puede olvidar, siempre queda grabado’…