Gusto

El Gusto es una convención, el mal gusto una realidad

AMOR, SÓLO Y PURO

Visitaba el Puertito cuando ella empujaba una camilla de ilusiones. En la Candelaria todos la conocen, quieren y admiran, hasta el Yuleta que un día desvirgó su alma, y agredió la arena de la playa en sus infinitos mares, inclinó la cerviz ante tal personalidad. Nunca existirá nada igual.

Es un ser absolutamente incomparable. Viviendo el agua de los Hierros a la que ama, pero que no entiende. Empezó una carrera contra la vida que la llevó a olvidar todo lo que los usuarios de su alma quisieron moldear. ¡Niña deja ya de joder con la pelota! Una hora de llegar, una hora de salir, una vida esperando a los dieciocho… ¡A la carrera! La vida pasa, los días y el momento permanecen inalterables, nada es infinito, todo es real. Estuvo cerca del cielo, amoldó su rancia educación, y lo busco en el extremo opuesto al de las agujas del reloj pintado en su espalda. Al lado, a côte de… ¡un enanito azul gruñón que adora la piel en la que habita! Doble de cerveza, triple de personalidad. Llegó y con su mano creó. Lo hizo, desde la nada. Sin conocimientos suficientes. Con sus gafas con luz, que iluminan mi camino. Un lugar por el que transitar de paz, amor, abnegación, realidad…

Ella, sólo ella, huele como sabe el olor de lo dulce. Del frío al calor de la muerte dulce. Descubridora de mis diabéticos tipo 3. Creadora de conceptos que investigan, crean, creen. Mi admiración. Mi amor, mi entrega. ¿Eres mía? Porque la única verdad que reconozco es ser tuyo, mi ángel que perdura y me hace dormir. Desnudo ante ti. Vestido para la mortaja axiliar, que no sobaquíl, y que me ha de esperar, en mal momento… Nunca llegará, porque los amantes de Teruel (tonta ella, gilipollas él), nunca estarán separados. La esencia de ambos forma parte de las del Universo, viajan y un día, que será ya, ¡llévame contigo! Y con nuestro bebé, él nos quiere… después de discutir sobre el fondo de la forma, y las formas sin fondo… ¡Siempre estaré en ti!

El Puertito gana una diosa. El tontito se queda sin ella. El aire del Océano desde mi portaaviones de amor. Aterrizaré como antaño, sin gafas para quemar mi retina, aquella que me hizo soñar, la que me hace vivir, es solo Ella. Recordando a la Santa visité mil mundos a su lado. Un pañuelo para disimular esa sed del aire que intenta robarme la vida. Conocimos juntos y vibramos en la Florencia del palacio de los oficios, donde la encontré remodelando los sueños de un fantasma que nunca dejó de revolotear en sus mentes. Al Alba, a la otra y a tres más. Amanecida de amor. Sin ti nada es igual, todo se volvió gris. Me marcho a matar unas células que me sobraron, el resto están repletas de tu amor. Por ti, por siempre. Mi esposa amada.