Gusto

El Gusto es una convención, el mal gusto una realidad

NIKOLAEVA DEFINITIVA

Es complicado entender y explicar que te has encontrado con otra alma que vagaba por el espacio. Eso que dicen que está vacío, que nació sin nada, de la nada… ¡la Nada no existe! Una calle, un Orgullo. Lleno de alientos, besos, amores, sin complejos, por derecho. Voy del brazo de Wellby sensata y recatadamente, se trata de escuchar, ver y no ser vistos. Una puerta. Una luz. Se para mi corazón, ¡no recupera! Wellby sale en mi socorro. Es normal que ante las locuras producidas por los magos de la belleza y la perfección, llegue a amar lo desconocido, y me asalte el Stendhal.

Asomado a un precipicio lleno de peligros, nada se puede ver cuando te meten el dedo en el ojo. Uno es tapar, dos es tuertear… El Amor puro de las estepas, da paso al helador de huesos que contaminan el escribiente alma. Soy diferente a aquel que destrozó tus sueños, nada cambiará, volverás a comenzar, aunque es imposible darse la vuelta a la vez que das la otra vuelta, REtronchar los sentimientos. Sólo recordar que un día abrí mis brazos como un volcán para atrapar tu amor, y por ello, quedan miles de heridas en el alma por resolver. Desde un puertito… Abrir el corazón, un ejercicio reservado a los jefes mayas. Tú Luz. La única Luz que me devuelve a mi casa a descansar. Multiverso en el que tengo que vivir y entender que volveré a una realidad que no es de mi fluorescente Luz, la penumbra, una realidad que me ahoga…

En San Petesburgo me perdí en la sala de los pintores del XIX. El Cerro de los gorriones… Mi candado quedó allí firmado para siempre, como algo que volverá a vivir cuando cumpla los primeros quinientos de amor. No contesta, por eso nunca te hablé, por eso tengo que decirte que me enamoré sin ningún motivo, sin encontrar la racionalidad. Es difícil entender esta realidad, pero me enamoré de quien no debía, esto decían en muchas de sus reflexiones los necesarios Fiódor, León, Antón o Vladimir Nabokov. Pero me atrapaba la idea de entrar en El Hermitage en un momento en el que sólo Ella estuviese llenando de vida sus paredes, espacios… no hace falta pintura, sus ojos (ordenados y de color incomprensible) llenan los espacios con un aroma cálido que recuerda la locura y el dolor- Al final es el drama de una sociedad que perdió todas las guerras. Sabiendo ser la genuina cepa iniciática de la esencia que nos ha de llevar a entender nuestra locura y devenir.

Rubliov, Levitski, Briulov, Aivazovski, Savrásov, Perov, Rzhevskaya, Serov, Korovin, Vodkin… algunos de los mejores, dicen que son los diez imprescindibles para entender el arte ruso del Hermitage… El Cerro de los Gorriones, la calle Granada, la alhambra de sus padres, su aroma, su andar, su sonrisa tímida que esconde el horror de lo vivido, y se resiste a vivir de verdad, sin ataduras, dejándose llevar… Sólo el pincel y los ojos de Nikolaeva salvarán el verdadero arte, el de reconocer los nuevos conceptos y colores, la máxima expresión de angustia llevada a la realidad de una obsesión que no deja mirar por encima de los ojos del alma.

Así funciona el arte. Da igual el aspecto, la realidad escapa por la rendija de los rencores. Su número al desnudo continúa en un bombo que da vueltas. Hay gentes, buenas y honradas gentes, que trabajan por 60 euros al día, de pie, en la calle… vendiendo su alma, sus ilusiones, zombies de realidades que aplastan el nervioso central. Helen tiene una misión, pintar el mundo llenándolo de prismas de luz y color que lo hagan irresistible, empoderar a la mujer que lleva su arte en las entrañas de la creación, y terminando por reconocer una verdad que nos aplasta… Por qué Curie cedió su nobel, ante una clase desclasada y desgastada de pajilleros creyentes a pies juntillas en don Isaac que se nos cae con sus leyes que sólo funcionan aquí. ¡universo, universal! Tan injustos hemos sido. Besar, amar, entender, conocer… En aquel maldito cerro entregué mi corazón. Tendremos que aprender una nueva forma de andar por el mundo, con zapatillas para no pisar el aire de las escenas cotidianas, que acercan una realidad que nunca debió contar para el DNA de los nuevos valores.

Lo dijo mi amada acásica de los sueños de los Siete. Sí, llegará cargada de color, amor, olor, magia… Inventaré un lenguaje para que nuestros corazones estén siempre juntos.

Sólo necesitaba un abrazo, una palabra de aliento, de amor… Así es el complejo mundo de la creación. Me voy a por la camisa de fuerza, es calentita…