Oído

No hay peor sordo que el que no quiere oir

BACHATA DOMINICANA

Desde que mi buen amigo Sergio Aparicio Gracia viajase a La Española a adoptar a Arturo, la BACHATA entró en mi vida. Al principio en cintas de casetes, y al final en forma de Spotify. Sergio Vargas, Zacarías Ferreira, Juan Luis Guerra, y ahora, Romeo Santos.

He escrito cientos de horas (así de mal me ha salido) teniendo como fondo la BACHATA. No ocupa sitio en mi cabeza y nunca aprenderé a bailarla, ni lo pretendo. La música es una constante en mi vida. Tengo millones de recuerdos que van desde la PRIMERA EXPOSICIÓN de PINTURA para CIEGOS, en la que mezclé Música, Colores y Olores… Fue un éxito, por ahí lo contaré cuando llegue el momento.

Hace poco estaba en la cámara hiperbárica, jajajajaja, también lo contaré, y me pasé toda la hora silbando el Concierto de Año Nuevo. Esa música… Esa no me deja trabajar me llena la cabeza de momentos no vividos pero recordados, que me gusta saborear.

Hoy tengo a uno de mis grandes y admirados amigos José Antonio Matamoros (Coto para los de la casa), en Dominicana, una isla que desde que la visitó mi abuelo Gerardo hace más de cien años… Cambió su vida y la mía. Mía… el egoísmo de ser dueño de tu vida. Si tu te casas el día de tu boda le digo a tu esposo con risas… ¡Eres Mía! Todo un temperamento el querido Romeo.