Ruido de sables
Llevamos desde principio de verano, y desde antes, y si me apuras desde siempre, escuchando las batallas del milenarismo…
‘Esto se acaba; que lo paren, que me bajen’. Estoy con dos amigas de Marco una de ellas es una niña rumana preciosa, sorprendida, recuperada del color negro de su pelo que cae por su lánguida cara, mientras mira con ojos de amor, y una canción desesperada.
Su hermana que tiene menos edad, imposible, lo es… Esto es una locura de mundo. Se mezcla la pureza, con la belleza, la mentira, el olor a nuevo, a viejo, a sueño, reconocido, visto, sentido, amado… ¡una ilusión! ¿óptica?
Fundamentalmente confundida por el desconocimiento de la greguería inhumana a la que nos somete el guionista, que indefectiblemente pasa su borrador por los sueños, cuando no te coloca al borde del precipicio, sin alas y haciéndote creer que vuelas…
¡Con ella! ¡Con él! Te recuerdo Amanda, la calle mojada… La habitación de Beltrán llena de camas con ayudas técnicas.
¡Qué putada!, siempre me han usado… complejo de toallita de semáforo, con tres pelotas de arlequín por el aire de Madriz Una ciudad que respira Amor y desconcierto..
Besos desde el centro de mis átomos.