HISTORIAS DE VALDEMORO (II)
Había creado el PRIMER periódico gratuito distribuido en buzones. Había conseguido un equipo honrado que no se vendían a los enviados de los ayuntamientos, que temían las informaciones sobre sus señoritos... Antonio Fernández González de Pinto, y José Huete López de Valdemoro encargaban a los bedeles, y pagados paseantes jubilados con hijas concejalas, de sus respectivos ayuntamientos, que sacasen nuestro periódico de los buzones.
Mis primeras visitas a los distintos ayuntamientos fueron muy ilustrativas. En los pueblos de El Sur existían ‘medios’ locales establecidos, que iban desde una radio pirata a un panfleto con publicidad y un editorial dando palos al que no estaba en la órbita del cacique de turno. Lo divertido era intentar hacer algo mucho más grande, más importante, real, sabía que no me lo iban a poner fácil pero lo tenía que intentar… hablábamos de 500.000 ejemplares todos los meses, y era sólo el comienzo.
Los ‘dircom’ de los ayuntamientos que eran mayoritariamente comisarios políticos,
obedecían perrunamente a sus alcaldes, alcaldesas, amantes de ambos, hijos, tenientes de alcalde…
Cuando supieron de la grandeza de mis sueños se pusieron manos a la obra para ‘ayudarnos’, rápidamente se corrió la noticia. Todavía no había nacido El Sur y su entorno, pero se había convertido en una noticia para muchos que lo vieron llegar como un soplo de aire fresco en medio de tanta CORRUPCIÓN.
Alquilé una cochera en la calle San Pascual 89, en la que me costó un huevo conseguir que me pusiesen teléfono. Gracias. El propietario era un señor bajito y contratista, mandado por su amada esposa que llevaba los pelos alineados cual casco de Márquez. Era hiper militante del PP de Aznar, de hecho pagaron la obra de la remodelación de la sede de Aranjuez, que creo estaba en la calle Stuart y aportaron una cantidad de vértigo para las cenas del Castillo. Cenas en la que los vecinos peperos y los de la zona, compartían con Aznar y familia la celebración de la Navidad. Como la última de Collado Villalba, de ese rollo pero en El Sur.
Capítulo aparte merecen estas cenas de las que me olvidaré de momento para no enredar más la madeja. Ya se empezaban a ver las primeras excavaciones en la Cuesta de la Reina según llegábamos a la zona de influencia de los Rasché, y, allí asomaba, en las cárcavas reales que estaban protegidas medioambientalmente, la nueva VALLEGRANDE, urbanización en la que todo se pagó al contado… ¡Eran otros tiempos! Fue ejemplo del comienzo y del enriquecimiento de todos ellos… Sus padres ya habían sido caciques, y a éstos se unían los nuevos socialistas que tenían hambre y ganas de gobernar y recalificar. Zapatero ni estaba ni se le esperaba, con lo que los paisanos no hablaban de cunetas, y sí de terrenos a recalificar, y de dónde tiraban una tumba fenicia para que no les parasen el tractor… Mención a parte las extracciones yesíferas y de áridos en el eje San Martín, Ciempozuelos, Aranjuez, Seseña, hoy convertidas en aparcamiento de coches y lugar de cambio de aceite encima de los acuíferos.
Aranjuez era el ayuntamiento más ‘civilizado’
Su alcalde Antonio García y su jefe de prensa Ramón Peche, hacían un buen tándem. Aunque las cosas por la ciudad ribereña no pintaban bien para un PSOE encabezado por su teniente de alcalde. Un tal Moreno que era una mezcla divertida de Borbón y Mar de Ontígola. Allí hubo de todo y de la descomposición del PSOE local surgió un joven arancetano con pinta de aznarín, José María Cepeda, que tenía a su hermano, más gordo y sudoroso, Ramón como ayudante y tapador de agujeros varios. Creo que acabaron procesados o similar. En Aranjuez era imposible conseguir nada de publicidad, porque entre otras estaba La Ser, con un equipo comercial que tenía todo copado, pueblos socialistas con muchos resentidos, buen terreno para abonar ideas de (...) qué más da. Carlos López, que era el locutor de La Ser lo pasaba en grande en los plenos y con las entrevistas que publicábamos en la contra de nuestro periódico: ‘LA RADIOGRAFÍA’ que consiguió en su primera edición ‘volar’ el Ayuntamiento de Aranjuez por los aires. Se destrozó el PSOE…
Mientras, en Ciempozuelos, Joaquín Tejeiro Martino veía como su hermano lo intentaba en Aranjuez, pero ya se les había visto el plumero. Por lo que Joaquín siguió en su no gasolinera, con sus cosas y con su jersey lleno de pelotillas. Aunque fuese con Pedro Torrejón a Andorra a llevarse 6.000 millones… siempre pelotillas y Ducados colgando de la comisura de los labios, la imagen y la pana es lo último que se pierde. De esto contaré mil y pico y más. Allí se hicieron ricos otros tantos, y dejaron, como no, a un par de gilipollas a exhibirse delante de los demás como faisanes… ¡Les jodieron bien jodidos! Terminaron por poner de alcalde a Carlos Ronderos que era el que había privatizado la finca de los Malteros, una antigua fábrica de malta que estaba en el centro del pueblo y que hizo ricos a muchos de los que en ella trabajaron. Ronderos era un tipo bonachón, con xerostomía, muy socialista (lo cual le honra) y mal alcalde, porque no hay uno bueno. Allí en aquellos terrenos de lúpulo y cebada, los hermanos Navarrete’s trasladaron su afamada cafetería que se convertiría en el centro neurálgico y de comentarios de Segundo, el cuñado de Tejeiro, que también era concejal socialista a ratos. Destacar, de las que hablaré si me acuerdo de las ‘Tertulias de la pícara tía Ganga’, con mi recordado Alberto Gangas Caplín… con mi querido Javier Mateos Carrizo, haciendo radio de verdad, en directo, desde cualquier punto en el que saltase la noticia, con Julius Ballester… ¡Vaya panda de profesionales más de flipar!
Frente a Ciempozuelos entra una lengua de tierra del término municipal de Valdemoro
en el que más tarde se desarrollarían nuevos polígonos y desarrollos industriales millonarios.
Detrás de esto, El Restón. En el que llegué a ver de todo, cohecho, pagos, maletines, maletones… Recuerdo una empresa creo que se llamaba ‘Los Molinos 94’, el propietario era un tal Dámaso Vidales, y tenía un jefe que iba a Valdemoro en autobús, mientras él lo hacía en un Mercedes 500 con chófer. En una reunión en el despacho de José Huete López, ante los desarrollos urbanísticos de El Restón, el constructor entregó un sobre al Alcalde para pagar la ‘licencia’, salí y pedí que viniese el Tesorero del Ayuntamiento para que se hiciese cargo del dinero, y el Alcalde me echó a patadas de ‘su’ despacho.
Me marché a los juzgados de Valdemoro y pedí hablar con el juez de guardia, que era una jueza. Le expliqué que en nuestro periódico, y dada la proliferación de promociones ‘fantasmas’, pedíamos a los anunciantes las licencias y la escritura de propiedad de los terrenos, así como el plan parcial en el que estaban incluidos… ‘Los Molinos 94’ no tenían nada: no había terrenos, no había licencias… sólo un piso montado de lujo lleno de maquetas que entraban por los ojos a cualquiera. El Alcalde y sus cercanos no se quejaban de la estafa clarísima, y la dejaban crecer porque era la manera de consentir al resto de las promociones poder incumplir sin que los gritos se escuchasen. Siempre te venden un baño con bañera de hidromasaje y acaba siendo una ducha de esquina. Ese mismo día la jueza llamó al empleador, y al verle se dio cuenta del montaje y mandó a la prisión de Valdemoro al ‘amigo’ del Alcalde que pagaba licencias en sobres. Esta es una de las CIEN MIL que he visto, puedo contar…
Entré en el Ayuntamiento de Valdemoro, y después de hablar con la oposición en la que había un joven con jersey de rombos y la cara llena de granos a punto de reventar… ‘Era Paco Granados’ el gran Francisco de todos los Valdemoros… callado, discreto, escuchando al gran Duque… Al llegar al despacho del alcalde, el socialista José Huete López, me di cuenta de que estaba ante un tipo muy peligroso, tremendamente acomplejado… incomprensiblemente destilaba un olor que no acertaba a aislar en mi cerebro, era como una mezcla a húmedo, goma de guantes y pecho peludo… más tarde supe que era olor a yeso. El tal Pepe había trabajado semana y media con su padre como yesero, albañil… el padre le echó por malo, vago… y por vaya usted a saber qué más. Entonces Pepe, en un golpe de paleta catalana contra la esportilla vio la luz: ‘Seré alcalde, seré ESPECU’… le gustó la política local y se organizó. Se rodeó de tontos útiles, entre los que destacaban Isabel la Roja y Antonio Serrano el Gordo… (aquí lo dejo, que luego habrá más risas)…
José Huete había sido elegido por sus vecinos como alcalde
y aquí empezaron todos los males de Valdemoro, y me explico.
El PSOE de Huete era una casa cerrada en la que mandaba sólo él, como su colega de Pinto, o el de San Martín, o el de Ciempozuelos, o el de… (pon el nombre de tu pueblo)… Y todo lo que decidía era obedecido por una caterva de impresentables que lo que buscaban era cambiar su posición andive la vida. ¡Vamos ganar el cielo y de paso la pasta! Pero Huete les hizo honrados, porque la pasta sólo la tocaba él.
En su locura y aires de grandeza lanzó a los cuatro vientos que BRICOR abría su primer centro en Valdemoro, y todos los de El Corte Inglés vinieron a hacerse fotos y pagaron unos folletos y unas publicidades ad hoc. También enseñó una maqueta de un hospital y la publicitó a los cuatro vientos… Estaban a punto de llegar las elecciones en las que Francisco Granados, con menos granos y la misma neurona, se presentaba para ganar… jajajajaja, ‘menudo hostión’ se pegó Paquito.
Aquí viene la historia del Partido Independiente de Valdemoro, al que dedicaré un rato más largo.
Ya han asomado comentarios sobre qué fue lo que ocurrió para que el PP, que iba a ganar, se partiese por la mitad y ganase otra vez Huete. Todo el pueblo sabía que Huete era mil millonario y que le daba igual el pueblo, era un déspota acomplejado que había hecho del ayuntamiento una proyección de su casa. A Pepe sólo le importaba su finca, sus muchos pisos, sus garajes… su hermano era el que tenía a buen recaudo todo el patrimonio.
En nuestro periódico gratuito anunciábamos las promociones de aquello que estaba en construcción en la zona, que era todo. Nos habíamos convertido en un medio divertido, cercano… nos habíamos olvidado de los ayuntamientos y cobrábamos de todas las empresas de toda la vida y del pequeño comercio. Era mucho más fácil informar desde esa libertad que desde el presupuesto de fiestas del ayuntamiento. Claro, los ayuntamientos eran capaces de cerrar la puerta de todas las promotoras, pero daba igual, había muchos pueblos. Lo que todavía no pensaba es que entre ellos lo hablaban todo…
LA MALDAD DEL DÍA:
La Operación Púnica va a destapar cuatro pilles de cuatro pillones. Con ésta actuación se podría abrir el principio de la explicación de las muchas locuras hechas en Pinto y sus fuentes, y en una zona Sur que antes de los que hay ahora estuvo gobernada por los que han sido sus maestros. Alcaldes de municipios que se han hecho ricos y han mantenido a sus familiares, hijos, hermanos, cuñados… Una vergüenza que no empieza en la Operación Púnica, si no más bien en las Guerras Púnicas. Pero es HISTORIA DE CORRUPCIÓN y ésta NUNCA DEBE PRESCRIBIR.