Olfato

Bruno siempre me gana encontrando galletas

HISTORIAS DE VALDEMORO (IV)

Había estado en la Urbanización Parque Olimpia de Ciempozuelos. Estaba al final del todo, donde el aire da la vuelta, al lado de la plaza de toros, que sin ser las Ventas vendía aforo y espectáculo para todos los muchachos de la zona y viejas que se dormían en sus encierros.

Ya comenté que había hecho mi agosto particular alquilando a una inmobiliaria que salía a la carrera sus despachos y oficinas, que se resumían en ocho pisos de noventa metros cada uno. Tenía un despacho salvajemente grande, más que los de Luis María Ansón. Desde él intentó tirarse desnuda por la ventana una joven que había sido enviada por una secta satánica, alguien dijo: Venenosa. Los guardias civiles de Ciempozuelos, que hacían las rutas de vigilancia a pie, se quedaron muy sorprendidos por el grado de programación que llevaba la pobre muchacha…

Había convencido a un empresario valdemoreño para que se trajese su Radio Alda, desde Valdemoro a Ciempozuelos.

El jefe periodístico era un tal Javier Mateos Carrizo, un joven estudiante de periodismo, y un periodista desde la cuna. Gran tipo, amable, agradable, conocedor, sincero, amigo de los de verdad… pero le sentó a cuerno quemado que le quitasen la radio de al lado de su casa y se la llevasen a ¡Parque Olimpia!, que insulto, que agravio… jajajajaja… al final salió de maravilla y Javier es hoy uno de los mejores radiofonistas del panorama castellano manchego, la pena es que no es político, es periodista y eso se paga.

Seguíamos repartiendo nuestro El Sur y su entorno. Los de la rotativa, que era una empresa de Germán Sánchez Ruiperez, el propietario del grupo Anaya, había confiado la marcha de su negocio en Illescas, Toledo a un tal José Ángel Hernández Panadero, un tipo raro, acomplejado, alto sin serlo demasiado, pero escapado de la realidad de un humano al uso. Era como una escolopendra, sí, sí… Allí imprimí y vi como me puteaban porque había una muchacha de buen ver que imprimía un gratuito de 76.000 ejemplares al mes para Móstoles, y por su belleza despampanante pagaba más bien nada… ¡País machista irredento! Jajajaja, que pena que yo sea bajito y feo… jajajaja…

Por aquel Parque Olimpia pasaba todo el mundo, desde el retroncha de los dólares falsificados, a los alcaldes, concejales descontentos, mujeres despechadas, guardias civiles como Vicente Soria que se vio envuelto en el turbio asesinato del etarra Zabalza, camioneros que contaban las tropelías, grueros que traían fotos de otros celebrando en Los Manueles con los Yuntas, Del Bosque y demás amiguetes las celebraciones navideñas.

Regalaban desde un fin de semana hasta una casa.

La carretera da para mucha CORRUPCIÓN y si no que bajen a Málaga para que vean como pasan los moros. ¡Pobrecillos! Una de las visitas asiduas era la de Miguel Ángel Duque, del que ya os he contado que fue el único honrado que luchó por sus ideales y por la decencia de un Partido Popular que daba asco, lleno de primos, tías, sobrinos, caspa que no casta. El PSOE no existía, sólo lo hacía Huete, que era el dios de todos esos apesebrados, que se contaban también por familias. Otro asiduo era Paco Granados que venía con el nombre de mi hermano Luis colgando de la boca porque le conocía de la Bolsa, y me pedía que le diese cuartelillo y que creyese en él. Y mientras iban y venían, no faltaba gente por el camino.

Muy cerca de las instalaciones de El Sur y su entorno, y nuestra radio comarcal Onda 4 (la única radio en color), que por cierto se quedó Del Olmo para poner un poste y que a mi me tocase echar a veinte trabajadores que hacían información local y comarcal, pero era más importante saber que en Cataluña no había asimetría lingüística. ¡Golfos! había una casa de comidas que regentaba un tal Gorila, en ella comía y cenaba con los ‘importantes’ de la zona, ellos estaban acostumbrados a otro nivel, pero a mi me gustaba llevarles al terreno de los paisanos. David Marjaliza venía muchas noches a cenar conejo con patatas, lo cierto es que estaba de escándalo, y hablábamos de la que se estaba montando en Valdemoro, y apuntaba a la necesidad de que Paco Granados no llegase a ser alcalde porque se llevaría hasta los postes de las banderas. A David le interesaba que las cosas siguiesen como estaban, y que si cambiaban sería porque a él le convenía. Pero la conclusión era acertada, Paco no podía ganar. Entre otros Rodrigo Rato apoyaba a Paco que tenía mejor nombre y reputación en el PP de Madrid, porque Marjaliza casi se come a Bonifacio de Santiago que era el encargado de pueblos de Madrid… Más tarde lo sería el triste del actual Presidente del Senado, Pío García Escudero, al que dediqué un artículo titulado: ‘Pío pío que yo no he sido’.

A los pocos días me senté con David y me dijo que iba a montar un partido alternativo, que el PP estaba muerto.

Su tía, que tenía una óptica (Óptica Villaseñor –el segundo apellido de David-) era concejala del PP en el ayuntamiento y se enfrentó abiertamente al sobrino, con lo cual la cayó la del pulpo.

En Valdemoro hay una plaza, la plaza de la Piña en la que hay una fuente que data de hace mucho, que más da, ese fue el elemento elegido por David para poner en marcha la imagen de su nuevo partido, el Partido Independiente de Valdemoro (PIV), aunque claramente dependía de él y de su entonces ‘socio’ José Huete López. A Paco se le cayeron los granos de la cara cuando vio a todas sus Nuevas Generaciones en el PIV, y a David Marjaliza Villaseñor de número uno, en una lista que claramente le anunciaba que iba a perder. Ruso y los hombres de Marjaliza actuaron como un batallón bien entrenado y en cuatro entrevistas y dos debates pusieron a Paco y su lista a la cola de las expectativas de voto.

Paco no sabía qué hacer, estaba como loco y no encontraba un motivo para tal revuelta dentro de las filas de su partido. Sabía que estaban todos los desarrollos urbanísticos por hacer y que a David no se le iba a escapar. Pero para Paco era imposible pactar en ese momento con el que después sería su ‘socio’ como ha apuntado en sus investigaciones el juez Velasco y la policía.

Acaba de nacer el PIV, la primera ruina política de Paco Granados, que vería como su familia se quedaba con la miel en los labios. Huete era alcalde por la gracia de la trampa, la compra, y el retorcimiento de la situación. No nos sorprende ver regalar bolsos de Loewe a las alcaldesas de Bormujos, después de haber visto todo esto. La pena es que el delito de CORRUPCIÓN tiene que estar por encima de todos los demás.

LA MALDAD DEL DÍA

Si David Marjaliza no gastaba de lo suyo para montar el Partido Independiente de Valdemoro, y Paco Granados no era su socio ni amigo… Quién se lo financió. Está claro que fue el entonces alcalde de Valdemoro José Huete López, a éste también le debería investigar la UCO o la UDEF, porque pasó de ser albañil a ser inmensamente rico, como su amigo José Bono. Pero nadie se atreve. Sólo los del PP saben como inmolarse. ¡Gilipollas!