Olfato

Bruno siempre me gana encontrando galletas

rotativa prensa

ARANJUEZ, SAN PASCUAL

Pues eso, tuve que tragar y marcharme a más de ochenta kilómetros de mi casa para que la parienta estuviese tranquila. Sabía que montaría un periódico y contaría todas las salvajadas que el tal Crespo y los de después liaron en Pozuelo y que hoy se conoce como el caso Gürtel.

Llegué a Aranjuez, entonces no existían ni la cuarta parte de la mitad de los polígonos, ni de las viviendas. La carretera estaba destrozada y con un Seat Panda… jajajaja… después compré un Renault 4 , para mejorar la cuadra. Estuve intentando alquilar algo. ¡Imposible!

Todo era muy caro para uno que empieza desde CERO absoluto.

Al pasar por la calle San Pascual, creo que era el 86 o el 89, vi un letrero de “se alquilan cocheras”, y me dije: ¡esta es la mía! Llame al teléfono en cuestión, y una señora quedó conmigo para ver la ‘oficina’. Me dijo que qué coche iba a meter y le dije que el Panda. Me marché a Llamas (hoy Tarifer) y compré una mesa y una silla de tijera de director. Llamé a Marisa Navas para pedirle por favor que me pusiesen un teléfono y me dijo que sin problema –no sabía que era en un garaje-. Llega el instalador, le recibo en la puerta y se va hacia el portal, y le digo: ‘no, no venga por aquí’. Cuando le enseñó mi local comercial sin ventanas alucina, y me dice que tiene una orden de instalar, y que él cumple órdenes y lo va a dejar matizado. ¡Menudo crack!

Ya tenía teléfono y fax, alucina, empezaba el largo recorrido de El Sur y su Entorno, tu periódico gratuito. Ahora, se me presentaba una situación nueva: tenía que montar un periódico con un Mac de 12, y el tamaño era como el de El País, el de antes se entiende.

Me puse en marcha para buscar rotativas y la que más me convino era Imcodávila. Una empresa en Ávila rodeada de hielo y frío. Quedé en hacer la primera edición de El Sur y su Entorno, que me costó de impresión 450.000 pesetas para 300.000 ejemplares. Pues eso, que empezaba a patear aquellas tierras.

Me puse mis mejores galas y fui visitando los distintos comercios de Aranjuez. Ésta es una ciudad horrorosa para los negocios, es una ruina completa. Allí no gastaban un duro, y si lo hacían era en la Ser…