Olfato

Bruno siempre me gana encontrando galletas

pedro aparicio y brun

BRONEC, EL LOBO IBÉRICO

Bruno, o Bronec, o Brun, o piernas de acero de Brun, es un Yorkshire Terrier de cinco años. Es hermano de una camada de valdemoreños. Lo compré porque el anterior Brun se cayó de los brazos de mi segunda ex mujer y se mató. Era débil, estaba predestinado.

El auténtico Bruno es el que me acompaña todos los días a trabajar. Es muy simpático, salta como un caballito y es desconfiado, o falso Brun. Ha sido uno de mis más queridos compañeros, le llevo con corte de pelo de Schnauzer, como sus hermanos Atila y Sunset (Sánches para la familia). Me ocupo de su alimentación a diario, como lo hacía cuando vivía con nosotros mi querido Minidú, pero a éste me lo robaron sin duelo, sin espera, una pareja de desaprensivos a los que regalé otro Yorky que se llamaba La Pepa.

El Olfato de Olegario Fernández y Fernández de Brun es malísimo, sólo huele pis y esquinas. Pero cuando me da una hipoglucemia, me doy cuenta porque viene y se tumba encima de mi barriga, y pone unos ojos que delatan que su amor está siempre ahí. Quien tiene en su casa un Brun sabe de lo que hablo. Adoro a los animales, como seres con los que tenemos que compartir el espacio y bienestar.