FRÍO EN VERANO
Hace muchos años, más de diez, que tengo una sensación casi permanente de frío en las ‘mollas’ de las manos. Un frío que delata otro no menos molesto en los pies, y, se acaba instalando en todas las extremidades. Las pruebas de fondo de ojo, dicen que estoy de maravilla, pero el frío es algo que siempre me ha llamado la atención, por eso no puedo trabajar como lo hacía en mis plantas o… ¡Ponte guantes!, si me los pongo. ¿Vais a los cementerios? Mucho, mucho…
El frío no sale del cuerpo cuando lo tenemos instalado en el alma. Vivo una vida que me tiene helado, congelado permanentemente. No entiendo nada de lo que hacen los humanos, y cada vez estoy más lejos de este mundo. Pero, sigamos. Seguro que no soy el único. La semana pasada en nuestra SWA (Sugary World Association) estuve con un diabético que acababa de debutar y me hablaba del frío que sentía en los costados. Que de noche se pone una manta eléctrica en la cama, y que le da igual que haga frío o calor, que él siempre tiene esa zona helada. Pues eso, que entiendan los que nos padecen, que estas cosas nos ocurren y no podemos estar todo el día dando el coñazo, porque al final nos quedamos en la esquina del abuelo moribundo, y no se trata de eso…
… Cuando no hablamos de que se duermen las manos, los dedos, o un calambre o una neuropatía… Hay que entender que la DIABETES en una enfermedad sistémica, de eso hablaremos